AABAM llamaron al plomo los antiguos

Con una de las primeras palabras del diccionario, al menos del que paseo cada tanto entre mis manos.  Palabrita especial, claro. Pesada, si las hay. Y grave, porque sirve no sólo para fabricar plomadas, sino también para manufactura de balas y perdigones. ¿Y de los tipos que son unos plomos, qué opinan…? ¿Y de los años de plomo? Los que hemos vivido, digo, aquéllos de los que queremos alejarnos a toda costa, pero sin perder la memoria, respetando la verdad y luchando por esclarecimiento y justicia terrena.

Hay quienes sostienen que somos una nación de atormentados y de perseguidos. De héroes perdidosos. De vencidos. También de desaparecidos. Que Martín Fierro es nuestro mejor espejo, como El Eternauta, más claramente que el Quijote para los españoles, y hasta que Dante para los italianos. Porque es mucho más inmediato, porque hay heridas que todavía palpitan, porque nunca perdimos la memoria.

Fuimos de invasión en invasión. Los ingleses –creo yo- han de llevar a esta hora unas veinte entradas, siempre ventajosas. Los del norte unas cuantas también, aunque recientemente nos parezcan acachorrados. Hay de los brasileros, cómo no. Y de los chilenos. Y de los franceses varias. Para todos los gustos, todas invasiones de buen cuño, destinadas a conquistar y retener tetas y biberones.

Y que somos generosos, dicen y dicen, también. Y tienen razón. Como aciertan cuando agregan que venimos aguantando y resistiendo al mejor estilo de Leónidas en las Termópilas, porque SOMOS DE FIERRO.

Sobre estas ideas comencé a escribir una sucesión de ensayos sobre historia argentina, mirando al pasado desde el ángulo de la crítica literaria. Arrancando en la colonia, sacando la cara por los hijos de la tierra, continuando con los negreros, Martín Fierro y el primer genocidio, el nacimiento del partido militar, y los primeros dos centenarios. Pero cuando dí a luz este blog me propuse ser cauto en los contenidos; pondré desde aquí sólo la masa informe desde la que nacieron ideas y textos; reservaré la creación para una oportunidad de edición formal, una vez cumplidos los requisitos de protección de derechos de autor.

No sea que vuelva a pasar lo que vino sucediendo con http://diasporasur.wordpress.com, en la que aún antes del registro del TIERRA REGADA –primera colección de ensayos-, ya algunas frases, algún descubrimiento, alguna personal asociación de ideas, contagiaban folletos, conferencias o libelos escasos de estilo y seriedad.

Sea, pues. Yo soy Carlos Enrique Cartolano, y este es mi tercer blog en la red. Para que juntos crezcamos en nación y palabras.

 

Mar del Plata, Noviembre 2010

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