Darwin en Argentina:

La mirada del verdugo

El siguiente texto reproduce pasajes de Darwin (*) en Tierra del Fuego, de Anne Chapman (**) (Buenos Aires, Emecé, 2009). En él es posible advertir la particular visión del joven científico ante los aborígenes sudamericanos. Este texto también pretende advertir acerca del porvenir que esperaba a nuestro país, y especialmente al sur, pocos meses después de la definitiva ocupación británica de Malvinas. Las notas y subrayados son nuestros.

 

¨…Se estima que en el siglo XIX, el total de la población alcanzaba los diez mil habitantes aproximadamente (1), antes de las epidemias y de la colonización. Dos de esos grupos era caoneros, nómades del mar: los yámanas (también conocidos como yaganes) y los alacalufes (quienes habitaban también el archipiélago norte del Estrecho de Magallanes, a lo largo de la costa del Pacífico). Los otros dos recibían el nombre de a pie, porque no eran navegantes. Cazaban guanacos y habitaban la isla más grande de Tierra del Fuego, Isla Grande: los selk´nam (también llamados onas) y los haush (…)

¨…((Darwin)) escribió que el hombre aquí está más degradado que en cualquier otra parte del mundo. Los describió como atrofiados, desdichados miserables, como innobles salvajes infectos, como las criaturas más abyectas e innobles que vi en mi vida, que se comen a las mujeres viejas antes que comerse a sus perros, y que al verlos resulta imposible creer que puedan ser criaturas amigables y habitantes del mismo mundo (…)

¨… A pesar del ranking cultural de Darwin, desde lo más bajo (los fueguinos) hasta lo más elevado (los británicos), Browne (2) declaró lo siguiente: La posibilidad de cambio vincula a toda la raza humana, conforme a las circunstancias particulares, en el marco de la cultura. Su relación con los tres fueguinos (3) (en especial con Jemmy Button), lo convenció de que se podía cerrar esa brecha, incluso en una misma generación. Los tres que habían sido salvajes del más bajo nivel imaginable, se habían convertido en fueguinos civilizados, en muy poco tiempo (mientras estuvieron a bordo del Beagle y en Inglaterra) (…).

¨… Escribió ((Darwin)) al profesor Henslow (4) en abril de 1833: Los fueguinos haush estaban en un estado de barbarie peor que el que yo esperaba ver alguna vez en un ser humano (…) No creo que ningún espectáculo sea más interesante que la primera visión del hombre en su primitiva naturaleza salvaje. Nunca olvidaré los gritos con que nos recibieron cuando entramos en le bahía Buen Suceso. Estaban sentados en una punta de tierra rocosa, rodeados de un oscuro bosque de hayas, y cuando empezaron a agitar descontroladamente sus brazos por encima de sus cabezas y sus largos cabellos flotaban al viento, parecían los espíritus atormentados de otro mundo (…).

¨… Escribió a su hermana Caroline en la misma fecha de 1833: No hay dibujo ni descripción que pueda explicar el enorme interés que acompaña a la primera visión de los salvajes. Es un interés que casi le compensa a uno el viaje por estas latitudes y puedo asegurar que esto es mucho decir (…) Le escribió a un amigo, un año y siete meses después, en julio de 1834: No hay nada que me haya sorprendido tanto como ver a un salvaje por primera vez. Era un fueguino desnudo, con los cabellos al viento y el rostro manchado de pintura. En su aspecto había una expresión que para quienes no lo hayan visto, podría ser de un salvajismo inconcebible. Parado en una piedra emitía sonidos y hacía gestos que eran menos entendibles que los gritos de un animal doméstico (…)

¨… ((En)) las últimas páginas del Viaje de un naturalista: El espíritu retrocede hacia el pasado y se pregunta si nuestros primeros antepasados se parecían a esos seres, a esos hombres cuyas señas y cuya fisonomía nos son menos inteligibles que las de los animales domésticos; a esos hombres que no poseen el instinto de esos animales y que, sin embargo, no parecen participar de la razón humana, o por lo menos de las artes que de ella se deducen. No creo que sea posible describir la diferencia que existe entre el salvaje y el hombre civilizado. Sin embargo, puede decirse que es poco más o menos la que hay entre el animal montaraz y el animal doméstico.(…)

¨… ((Y)) en las últimas páginas de la obra El Origen del hombre (1871): La principal conclusión a que llegamos en esta obra, es decir que el hombre desciende de alguna forma inferiormente organizada, será, según me temo, muy desagradable para muchos. Pero difícilmente habrá la menor duda en reconocer que descendemos de bárbaros. El asombro que experimenté en presencia de la primera partida de fueguinos que vi en mi vida en una ribera silvestre y árida, nunca lo olvidaré, por la reflexión que inmediatamente cruzó mi imaginación: tales eran nuestros antecesores…¨.

 

(*)Darwin, Charles Robert. Naturalista inglés, nacido el 12 de febrero de 1809 y muerto el 19 de abril de 1882, que postuló que todas las especies de seres vivos evolucionaron con el tiempo a partir de un antepasado común mediante un proceso denominado selección natural. La evolución fue aceptada como un hecho por la comunidad científica y por buena parte del público, en vida de Darwin. Sin embargo,  su teoría de la evolución mediante selección natural –hoy base de la síntesis evolutiva moderna- no fue considerada como explicación primaria sino hasta 1930. Aún con posteriores modificaciones, los descubrimientos científicos de Darwin continúan siendo el acta fundacional de la biología como ciencia. Darwin ingresó en la Universidad de Edimburgo, aunque paulatinamente fue dejando de lado sus estudios de medicina primero, y de teología después, para dedicarse a la investigación de los invertebrados marinos. La Universidad de Cambridge dio alas a su pasión por las ciencias naturales. El segundo viaje del HMS Beagle consolidó su fama como eminente geólogo, cuyas observaciones y teorías apoyaban las ideas uniformista de Charles Lyell, mientras que la publicación del diario de su viaje lo hizo célebre nada menos que como escritor popular. Darwin concibió su teoría de la selección natural en 1838, pero sin perjuicio de discutir sus ideas con naturalistas de su tiempo, necesitaba tiempo para realizar una investigación exhaustiva y sus trabajos geológicos tenían prioridad. Se encontraba redactando su teoría en 1858 cuando Alfred Russel Wallace le envió un ensayo que describía la misma idea, urgiéndole entonces Darwin a realizar una publicación conjunta de ambas teorías. La obra fundamental de Darwin, El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida, fue publicada en 1859. Trató la evolución humana y la selección natural en El origen del hombre y de la selección en relación al sexo, como así también en La expresión de las emociones en los animales y en el hombre. Dedicó también varias obras a sus investigaciones en botánica y, finalmente también a los vermes terrestres y sus efectos en la formación del suelo. Dos semanas antes de morir publicó un último y breve trabajo sobre un bivalvo diminuto encontrado en las patas de un escarabajo de agua de los Midlands ingleses. Increíblemente, el ejemplar analizado le había sido enviado a Darwin por Walter Drawbridge Crick, abuelo paterno de Francis Crick, codescubridor junto a James Dewey Watson de la estructura molecular del ADN en 1953. Como reconocimiento a la excepcionalidad de su obra, fue uno de los cinco personales del siglo XIX no perteneciente a la realeza del Reino Unido, honrado con funerales de Estado, siendo sepultado en la Abadía de Westminster, próximo a John Herschel e Isaac Newton. Se explican muy bien los procesos de investigación, reflexión, concepción, comprobación y escritura de las teorías darwinianas en  La traición de Darwin, de Gerardo Bartolomé. Fuentes: La citada y varias más.

(**)Chapman, Anne. Nació en Los Ángeles, Estados Unidos. Es doctora en Antropología con estudios en la Escuela Nacional de Antropología (Ciudad de México), en la Universidad de Columbia (Nueva York) y en La Sorbona (París). En estos centros académicos tuvo oportunidad de estudiar con Paul Kirchhoff, Alfonso Villa Rojas, Karl Polanyi (1957) y Claude Lévi-Strauss (1962). A partir de 1955 realizó investigaciones en Honduras entre los tolupan y, desde 1965, entre los lencas. Hacia fines de 1964 viajó a Tierra del Fuego, en la Patagonia austral. Se iniciaron así sus trabajos de campo con los últimos sobrevivientes selk´nam (onas) de Tierra del Fuego, especialmente con Lola Kiepja. En 1985 comenzó a trabajar con las únicas cuatro personas que hablaban el idioma yagan. Fue miembro del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS, París), y ha publicado varios libros y artículos en revistas especializadas. Entre ellos figura Los selk´nam. La vida de los onas en Tierra del Fuego, auténtico clásico en la materia. Ha codirigido dos películas documentales sobre la historia de los selk´nam y los yaganes, y ha editado una importante recopilación de cantos tradicionales selk´nam. Reside en París y Buenos Aires. Fuente: Emecé.

(1) Se refiere a los pobladores originales de Tierra del Fuego, y las islas del sur del Estrecho de Magallanes hasta el Cabo de Hornos. Integraban cuatro grupos étnicos que se detallan en el texto.

(2) Cita a Janet Browne, principal biógrafa de Charles Darwin. Se conoce en castellano sólo El viaje, Valencia, Universitat de Valencia, 2008.

(3) Los tres fueguinos: Jemmy Button, Fuegia Basket y York Minster, eran los aborígenes ¨raptados¨ por Fitz-Roy en el viaje anterior y llevados a Inglaterra, intentando con ellos un experimento antropológico aberrante. Fueron devueltos en el siguiente viaje del Beagle, el que tripuló también Darwin. Debe recordarse que en realidad fueron cuatro los raptados, ya que uno de los alacalufes falleció en el viaje a Inglaterra; era el llamado Boat Memory (en ¨homenaje¨ al ballenero pretendidamente robado por los aborígenes).

(4) Científico británico, referente de Darwin; fue quien presentó los hallazgos del joven navegante en la Sociedad Científica Inglesa.

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